LA NORMA: LA BASE DE UNA RELACIÓN SANA

Valor del mes: Construir comunidad, ciudadanía, sociedad…

Tomar la decisión de construir comunidad comienza en la familia; es ahí donde las relaciones de pareja adquieren sentido de compromiso y comienzan a pensar en el futuro como una responsabilidad compartida. Al menos así tendría que ser. Otro principio de los que constituyen la base para construir comunidad, ciudadanía, sociedad… es el compromiso personal con las normas.

Está basado en la convicción de que la norma es la base de una relación sana, de una relación que no depende de la emotividad o de las condiciones variables de una situación coyuntural. Quien asume la decisión de obedecer la norma se coloca en la convicción de que más allá de las personales apreciaciones, está la norma acordada en común como principio de una relación sólida, firme y confiable.

• En la pareja, una buena relación se construye desde el diálogo. Hablar, dialogar conlleva necesariamente la propuesta de acuerdos y la toma de decisiones en común. Quizá muchas relaciones que inician en la adolescencia están llevadas únicamente por el impulso erótico que prefiere cerrarse a la consciencia y dejar que los gustos dominen la relación en un aparente romanticismo; sin embargo, esta falta de visión y de consciencia de las acciones realizadas ocasiona una gran cantidad de fracasos, frustraciones, desengaños y acciones que rayan en el delito al abandonar a una mujer embarazada o con un hijo. Es importante hablar, alcanzar acuerdos en el tiempo en que la relación camina por los parajes de la buena voluntad, estos acuerdos se convertirán en la norma de la relación que establecerá la base de verdad segura para ambos, sobre la que construirán una relación de plenitud, nutricia y placentera. Más allá del tema de la sexualidad, la relación de pareja, con todos los aspectos que la fortalecen, es la base para una familia armónica.

• Para construir comunidad, tenemos que tener familias fuertes. En la familia, una vez que se ha dado el primer paso sobre una norma respetable y respetada, se requiere avanzar en una organización que procure el desarrollo armónico hacia la plenitud de la persona. Ahora no basta con estar contentos, con estar bien, hace falta estar mejor, acceder a mejores condiciones y con mayores logros personales para cada uno de los miembros de la familia, en especial los hijos. En cada etapa, los acuerdos que constituirán la personalidad e identidad de la familia se convertirán en la norma que los unifique y les caracterice; este corpus de acuerdos tomado a lo largo de las diversas etapas de la familia, constituye la base de la educación formal y la identidad familiar.

• En la comunidad, con frecuencia la norma no se tiene escrita, pero de alguna manera todos la conocen y la respetan. Siempre nace de un diálogo o de algún liderazgo, pero siempre establece las verdades sobre las que se relacionan unos con otros.

Construir comunidad requiere cada vez más la voluntad clara de quienes la constituyen; así podemos considerar la comunidad de quienes se aficionan a un mismo partido o una misma religión, etc. En todos los casos, aquellos acuerdos comunes que se convierten en leyes para ellos, mantendrán unidos y fuertes los vínculos que hacen sólida dicha comunidad.

Queda solamente establecer la importancia del respeto a la norma cuando ésta se ha convertido en Reglamento o en Ley. Algunos argumentan que para respetar una Ley, ésta tiene que ser justa. Parece válida su estimación; sin embargo, el concepto de justicia llega a ser tan personal y tan flexible en casos particulares que resulta engañoso este principio; por lo que la mejor manera de establecer la base de una sociedad que progresa, de una sociedad que en sana convivencia mantiene una relación de paz y respeto sobre bases de Derecho, está sustentada en: el respeto irrestricto de la Ley, la cual ha sido resultado de un acuerdo social objetivo y transparente, practicada voluntariamente por todos y garantizada por el Estado de Derecho en esta sociedad.